Jurgen Klopp cree que el Liverpool no debería verse obligado a ‘sufrir por nuestra propia historia’ mientras enfrentan crecientes críticas por su estancada campaña.
Los Reds sufrieron un triste empate 0-0 en Crystal Palace el sábado, lo que los coloca séptimos en la Premier League, seis puntos detrás del Tottenham, cuarto clasificado, a pesar de jugar un partido menos.
– Transmisión en ESPN+: LaLiga, Bundesliga, más (EE. UU.)
Liverpool ganó la Liga de Campeones y puso fin a una espera de 30 años para convertirse en campeón de Inglaterra en las siete temporadas de Klopp a cargo, pero insiste en que esos logros no deberían conducir a un enfoque más estricto ahora que enfrentan un choque esta vez para terminar entre los cuatro primeros.
«Seguiremos adelante», dijo Klopp después del punto muerto en Selhurst Park. “Mira, lo veo en tus ojos y en los ojos de los jugadores también: parece que perdimos el partido. No tenemos eso. Es tan. No podemos sufrir por nuestra propia historia. Ahora que realmente sería una broma.
“Esta no será la temporada en la que, cuando tengas los libros de historia, todos digan: ‘Veamos esta temporada una y otra vez’. No habrá grandes películas al respecto y cosas por el estilo, pero todavía tenemos que hacerlo y lo haremos.
«No siempre es ‘aquí ganamos, genial, oh ahora perdimos puntos, oh mierda’. Tenemos que seguir adelante, tomar cosas e irnos, eso lo vamos a hacer.
«Nada cambió realmente esta noche. Puedes verlo de dos maneras: no ganamos, lo que suena negativo. Tenemos un punto más que antes. Creo que eso suena bastante positivo. Así que puedes elegir».
Fue un mensaje similar del mediocampista veterano James Milner, quien enfatizó la necesidad de que los jugadores eviten las críticas externas.
«Nos hubiera gustado una mejor actuación y tres puntos, pero no lo conseguimos», dijo.
“Tenemos que seguir adelante. Somos nuestros críticos más duros. Es importante que no escuchemos el ruido exterior. Depende de nosotros. Somos los únicos que podemos cambiarlo”.
A continuación, el Liverpool tiene partidos consecutivos en casa contra los Wolves y sus rivales, el Manchester United, antes de dirigirse a Bournemouth y luego al Real Madrid, donde debe superar un déficit de 5-2 en el partido de ida para llegar a los cuartos de final de la Liga de Campeones.